Profesor Sebastián Soto analiza la votación del plebiscito constitucional de salida
El Mercurio
‘Masticando el resultado’ era la frase que repetían los exconvencionales que apoyaban el Apruebo para describir su situación ayer después de conocerse el amplio rechazo a la propuesta constitucional.
‘Lamento errores cometidos durante el proceso. Mi trabajo en la CC tuvo siempre en miras a la Región de Coquimbo y al país en gral (sic), para alcanzar un Chile mejor’, escribió en Twitter Daniel Bravo (Pueblo Constituyente). En la misma red social, Ignacio Achurra (Frente Amplio) redactó: ‘Quienes participamos del proceso nos cabe hacer autocrítica. Seguiremos trabajando por nuestro Chile amado’.
Sin embargo, hubo también exconvencionales que mostraron su decepción con el resultado sin mediar autocrítica. Natividad Llanquileo (mapuche) señaló: ‘¡No hubo pacto social! Entregada las decisiones a los partidos políticos, sin mujeres, sin independientes, sin pueblos indígenas, sin descentralización (…). Gracias chilen@s por despreciar a su país’. Por su parte, Manuel Woldarsky (Coordinadora Plurinacional) escribió: ‘Deseo lo mejor para mi país, para su futuro y sus pueblos. Felicidades a quienes se adjudiquen el triunfo, espero que podamos ser testigos del cumplimiento de sus promesas. Lo lamento mucho, Chile’.
No era fácil para los exconvencionales referirse al resultado. Patricia Politzer (INN) dijo en forma escueta a ‘El Mercurio’ que ‘no quiero opinar nada. Tengo que masticarlo’; mientras, Martín Arrau (Chile Libre), quien apoyaba el Rechazo, en un video afirmó: ‘No podemos volver a cometer los errores de la Convención’.
Es que el desempeño e incluso la actitud de algunos convencionales que impulsaron una agenda refundacional es uno de los factores que más repiten distintos analistas consultados sobre explicaciones para los resultados de ayer. Y era algo que venían mostrando las encuestas hace ya varios meses (ver infografía) con una caída del apoyo ciudadano al órgano.
Sebastián Soto, del Foro Constitucional UC, cree que ‘el aplastante triunfo del Rechazo no solo se debe a la incapacidad de la Convención, dominada por el extremismo y el PC, de ofrecer un texto de consenso. También se debe a la estrategia combativa y refundacional que dominó a la izquierda, a la retórica del conflicto, a la preferencia por las agendas identitarias antes que por el bien común y a un contenido completamente alejado del constitucionalismo moderno. El triunfo del Rechazo es una gran señal para abandonar esa forma de hacer política‘.
Tomás Jordán, académico de la U. Alberto Hurtado, parte del Observatorio Nueva Constitución, quien participó en la franja del Apruebo y asesoró a algunos convencionales de centroizquierda, lo explica así: ‘En este resultado influyeron dos cosas: lo primero fue la performance de los convencionales, no todos, pero de una mayoría que tuvo agendas personales temáticas muy particulares con escasa experiencia política y de diálogo político que requería lograr mayoría no solamente en el pleno, sino mayorías transversales, sustanciales’.
En la Convención, cada norma requería 103 votos (es decir, dos tercios de los 154) para ser aprobada y como la centroderecha tenía solo 37 convencionales, la visión de la izquierda se impuso sin necesidad de buscar apoyos transversales. Por eso, Jordán opina que ‘(a la Convención) le faltó un acuerdo político amplio que no solo fuera resultado de los votos rojos o verdes en el plenario, sino tener claros cuáles eran los temas y lograr sumar a aquellos a la centroizquierda de la Convención como a la derecha moderada’.
Controvertidos artículos
Uno de los últimos gritos dentro de la Convención fue ‘el pueblo unido avanza sin partidos’. Pero fue el punto final, al menos en el ex-Congreso, de un proceso que comenzó con Elisa Loncon (mapuche) diciendo como presidenta recién electa del órgano que la Convención iba a ‘refundar este Chile’. Siguió con una declaración pidiendo la libertad de los llamados ‘presos de la revuelta’ y el entonces constituyente Rodrigo Rojas Vade reconociendo que no tenía cáncer.
Marcela Peredo, investigadora de Polis, Observatorio Constitucional de la U. de los Andes, añade que en el resultado influyó el que se aprobaran normas como la de ‘plurinacionalidad, con justicia diferenciada; el aborto, la eutanasia, en los que ni siquiera hay consenso de si son derechos o no’.
En la Convención se instalaron demandas de los distintos grupos en un órgano dominado por independientes: feministas, ecologistas, pueblos originarios. Así, se pasó a aprobar artículos que definían a Chile como un Estado plurinacional, un Sistema Nacional de Justicia donde las autoridades de pueblos originarios también podrían ejercer la función jurisdiccional, consentimiento libre, previo e informado para pueblos indígenas, restitución de tierras para estos, el aborto como derecho fundamental, se eliminó el Senado y se propuso una segunda cámara regional, pero con menos atribuciones y se creó un controvertido Consejo de la Justicia, entre otras normas.
Ahora, Rosa Catrileo, exconvencional mapuche, afirma que ‘creo que no dimensionamos el desconocimiento que hay de los derechos de los pueblos indígenas (…). Nosotros hicimos pedagogía en la Convención, por eso es que se aprobaron muchas de las normas de los pueblos originarios, pero nos faltó esa pedagogía con el resto de la sociedad’.
Jordán cree que no se tomó el peso político fuera de la Convención que tenían algunos de los grupos que se vieron excluidos en la Convención, sumado a ‘que la intensidad de los temas tratados por la Convención no representaba por lo tanto a la gran mayoría de los chilenos. No hay necesariamente una diferencia sustancial sobre qué temas generales deberían estar en la Constitución, sino la intensidad de ellos. Los chilenos se han manifestado en una posición más moderada en cada uno de esos temas’.
Por su parte, Claudio Alvarado, del IES, asevera que el resultado ‘confirmó el profundo error que cometió la Convención al incurrir en una actitud muy soberbia, sorda respecto de las grandes mayorías, porque muchos de los temas que fue tocando y afectando tienen que ver con desconocer la preocupación de las grandes mayorías. Por ejemplo, cómo se fue abordando la plurinacionalidad (…) hubo una sordera del mundo técnico, abogados y politólogos que despertaron una crítica transversal en su momento y que no fueron 100% corregidos frente al sistema político y el Consejo de la Justicia’.